El derecho a la intimidad de los hijos de Juana Rivas

El derecho a la intimidad de los hijos de Juana Rivas

De sobra por todos conocidos, el caso de Juana Rivas no cesa de estar de actualidad informativa. Las últimas noticias se han enfocado en la entrega de los dos menores a su expareja. Tal y como han recogido múltiples medios de comunicación, la mujer llevó a sus hijos a la Comandancia de la Guardia Civil de Granada. Fue allí donde Francesco Arcuri, su progenitor, los recogió. Abandonó el lugar en un vehículo con los cristales tintados.

Protección de la intimidad

No son pocos los escándalos registrados a lo largo de los años con celebridades que, en aras de proteger la intimidad de sus hijos abogan por recurrir, incluso, a la violencia física y/o verbal. Tampoco faltan los ingeniosos, que se nutren de mantas, máscaras o caretas para realizar la misma función. Sin embargo, la llegada al vehículo parece suponer para ellos un gran alivio.

Nada más lejos de la realidad, ya que los cristales permiten no solo ver el interior, sino también fotografiar el mismo y a sus viajeros. El caso de Juana Rivas es el último, pero no el primero.

La protección de menores se encuentra regulada por ley. A pesar de que existen medios de comunicación que cumplen no solo con la normativa, sino también con el sentido común, protegiendo la identidad de los pequeños, es cierto que, otros, incurren en delitos. Hablando de los primeros, suele optarse por pixelar o desenfocar el rostro, una acción que puede dejar entrever cómo es el niño/a.

Velar por los derechos

Pero no solo los menores sufren este problema. También las personas detenidas, los testigos, las víctimas… la lista puede crecer sin cesar.

El derecho a la intimidad es inherente a cualquier individuo, sea cual sea la condición en la que se encuentre. La presunción de inocencia se encuentra reconocida en la Constitución Española. Por ello, no son pocos los vehículos oficiales —de políticos, cuerpos de seguridad…— los que apuestan por instalar láminas solares en los cristales permitidos.

Además de impedir miradas indiscretas que pongan en riesgo la integridad de la persona, sea menor o no, estas películas autoadhesivas protegen también contra roturas de cristales en actos vandálicos, garantizando la seguridad de los ocupantes.

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