La costumbre navideña de que una empresa obsequie a sus trabajadores con una cesta de Navidad se viene realizando desde mediados del siglo XX. Desde esa fecha si nos referimos al lote que incluye sobre todo dulces, embutidos y bebidas alcohólicas. En cuanto a su origen, la historia nos lleva a mucho tiempo antes.
Evolución
Si echamos la vista atrás a la época romana encontramos lo que se conocía como sportula y que era cesto con comida que el patrón repartía a sus clientes. Puede que en esta tradición se inspiraran los pioneros de las cestas de Navidad. Posteriormente se sustituyó por una pequeña cantidad de dinero.
A partir de finales del siglo XIX el hábito se instauró en algunos departamentos del ámbito público y a medidos del siglo XX en el sector privado. En cuanto a España, las empresas comenzaron también en el siglo pasado a regalar cestas junto a la paga extra de Navidad.
Durante la crisis económica de 2008 disminuyó el reparto de cesta a los empleados, volviendo a repuntar a partir de 2014. Al tener que recortar gastos, muchas empresas tuvieron que eliminar este regalo o disminuir su importe.
¿Obligación de la empresa?
Según nos explican desde noticias.juridicas.com hasta el 2016 la cesta de Navidad era un acto de liberalidad o una mejora que no se establecía en el convenio. Por lo tanto, podía suprimirse o suspenderse por voluntad del empresario. Sin embargo, en el 2016 el Tribunal Supremo establece que:
“Las empresas que han concedido cesta de navidad a sus empleados de forma continuada están obligadas a mantener este beneficio incluso si la situación económica ha empeorado. Es decir, que cuando es una costumbre se trata de un derecho adquirido”.
Quizás con este cambio legal puede haber más de un altercado.
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