Todo comenzó en los 90, pero no se supo nada hasta ahora, cuando un obrero de la construcción en Krasnodar (Rusia), encontró un teléfono móvil en el suelo, en su interior un selfie espantoso.
El obrero contó a la policía que el teléfono no tenía sistema de bloqueo, lo que le permitió acceder a toda la información. Cuando llegó a la galería de fotos llamó su atención una imagen dantesca. En la foto aparecía el dueño del teléfono haciéndose un selfie con lo que parecían partes de un cuerpo humano desmembrado. El horror se hizo manifiesto cuando las siguientes imágenes mostraban un puñado de selfies similares, el mismo hombre, aunque con otras partes del cuerpo donde se incluían la cabeza y las muñecas de una mujer.
Se abrió una investigación y al día siguiente se encontraron restos de una mujer muerta en el interior de un bolso en un descampado, muy cerca del sitio donde se encontraron el teléfono. La policía pudo utilizar la tarjeta SIM del teléfono para localizar la presunto propietario, Dmitry Baksheev, de 35 años y empleado en una escuela de aviación militar estatal.
Pocas horas más tarde Baksheev y su esposa Natalia eran detenidos y acusados formalmente de secuestrar, matar y comer a un número indeterminado de personas.
A pesar de negarlo todo, la policía encontró en su casa carne congelada que parecía humana o de algún animal, también encontraron una mana en un frasco de vidrio expuesta en un mueble, 8 partes de cuerpos congeladas junto a piel desollada, 19 restos de piel humana e imágenes y vídeos. Ya se han identificado 7 víctimas.
La “pareja caníbal”, habría admitido que se comieron al menos a 30 personas durante estos años, explicando cómo cometían los crímenes. Drogaban a sus víctimas para someterlos antes de matarlos, en el apartamento de la Academia de Aviación Militar en el que vivían.
Fuente:es.gizmodo.com