En un terreno cercano a la ciudad de Knoxville en EE.UU, se encuentran montones de cadáveres en distintas fases de descomposición. Hay otras seis localizaciones repartidas a lo largo del país, así como en dos en Australia y una en Holanda, el escenario se repite: los cuerpos sin vida yacen, en apariencia, olvidados. Knoxville se convertirá en un nuevo campo de pruebas de estudio de los cadáveres humanos en diferentes fases de descomposición.
En estos centros de tafonomía (que forma parte de la paleontología), estudian los procesos de fosilización y la formación de yacimientos de estos.
El principal objetivo es ayudar a, entre otros, resolver crímenes. Los casos policiales no resueltos pueden verse ayudados por los análisis extraídos de la supervisión de todo el proceso de putrefacción. Este tiene lugar de formas diversas en función de la temperatura y la humedad, así como el método homicida.
Hasta cuatrocientos pueden ser los compuestos orgánicos volátiles procedentes de los cuerpos susceptibles de análisis.
