Los primeros parabrisas eran unas gafas

Los primeros parabrisas eran unas gafas

Hasta que a principios del siglo XX se comenzaran a introducir cristales frontales de protección, los conductores usaban gafas para proteger sus ojos del viento, de las piedras o del polvo de los caminos. Estos parabrisas estaban compuestos por dos hojas de cristal horizontales desplazables: cuando la mitad superior se ensuciaba, el conductor podía plegarla seguir adelante.

Pero claro, en seguida los parabrisas se ganaron mala fama, ya que en un accidente se rompían en mil pedazos y causaban lesiones a los ocupantes y a los viandantes, lo que comenzó a provocar numerosas demandas. Cuando aparecieron los primeros coches cerrados, la gente tenía miedo a subirse en ellos.

En los años 20, Henry Ford se empeña en fabricar cristales más seguros, sobre todo el del parabrisas.  Fue entonces cuando Ford le encarga a Clarence Avery, el genio mecánico de la empresa, que busque una forma de fabricar un cristal más resistente y barato.

Así, Avery y el especialista Pilkington crean un proceso de fabricación de vidrio más resistente y barato, ya que produce en la misma planta de River Rouge de Ford.

Fuente: abc.es

 

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