Mima tu tarjeta de crédito: cómo evitar robos y fraudes

Mima tu tarjeta de crédito: cómo evitar robos y fraudes

Los hábitos de los consumidores varían y, consecuentemente, también lo hacen los ataques que los delincuentes llevan a cabo para hacerse con nuestro dinero. Si hace unos años se nos daban una serie de recomendaciones para evitar el fraude y el robo de datos en un cajero, aunque sigue ocurriendo, casi semeja una actividad que se producía en un pasado lejano.

Microcámaras para captar el número de la tarjeta y el número personal, pequeños objetos introducidos en la rendija del cajero automático que consiguen clonar el plástico y sus datos… Tal y como señala el Banco de España en su Memoria Anual sobre la Vigilancia de Sistemas de Pago, tan solo un 4% de los robos de 2015 se produjeron en estas máquinas.

Nos encontramos en un tiempo donde las tarjetas parecen tener un mayor uso que los billetes y las monedas. Datos del Banco de España del primer trimestre de este 2017 sitúan las transacciones con las primeras en los 30.327 millones de euros, un 9’03% más que el mismo periodo del año precedente. Por la contra, un 2’95% más, hasta alcanzar los 27.387 millones de euros de euros, fueron extraídos en los puntos habilitados por las entidades bancarias. También crecen, por tanto, los terminales en los puntos de venta.

Con todo esto, las técnicas de robo de información avanzan con el progreso y el devenir de las nuevas tecnologías. La Organización de Consumidores y Usuarios —OCU— eleva los robos con tarjetas efectuados en 2015 hasta los 687.000, implicando un total de 52 millones de euros. Con todo ello, el auge del e-commerce ha traído consigo lo inevitable: la mayoría de las fechorías se han producido en medios online, hasta un 55%, tal y como señala el Banco de España.

Protege tu tarjeta en la jungla digital

  • No realices ninguna transacción en entornos no seguros, es decir, en páginas webs desconocidas y, especialmente, que no cuenten con protocolo de seguridad HTTPS. Confía en aquellas compras que debas verificar mediante la introducción de una clave que te llega a tu teléfono móvil o la que debas realizar a través de una tarjeta de coordenadas.
  • Si te llega un correo electrónico solicitando tus datos, no los des. Ninguna entidad bancaria utiliza estos métodos, por lo que estarías ante un claro caso de phishing.
  • Cuidado con el contactless. Si bien este sistema de pago te permite realizar determinadas compras en establecimientos de manera rápida, tan solo acercando tu tarjeta, no son pocos los robos que se han producido acercando un terminal TPV al usuario. Un autobús, un metro o un lugar concurrido son suficiente para que el ladrón, aparato en mano, consiga extraer nuestro dinero de veinte en veinte euros. Aunque no es una práctica extendida por el momento, debes saber que es posible desconectar de forma temporal este sistema.

Dificulta e identifica el robo de identidad

Una compra de origen desconocido puede ponernos en alerta. Podemos estar ante un robo. Por ello, es recomendable seguir una serie de consejos de cara a protegernos contra estas situaciones:

  • Revisa de forma frecuente tu cuenta.
  • Identifica cada uno de los movimientos y contrólalos ante cada desembolso.
  • No guardes en un teléfono móvil contraseñas relacionadas con tu tarjeta bancaria ni imágenes de la misma.
  • Rompa meticulosamente todos los tickets de compra, ya que contienen todos tus datos.
  • Nunca escribas el PIN en el reverso de la misma tarjeta.
  • No lleves las diferentes tarjetas en un mismo lugar: cartera, monedero, bolsillo…

Ante la identificación de un movimiento no solicitado, comunícate de forma inmediata con tu banco y bloquea la tarjeta. Puedes hacerlo también a través de la aplicación móvil del mismo. Una vez hecho esto, denuncia lo sucedido a la policía, ya que la documentación emitida puede ser útil en futuros trámites.

Prácticamente lo mismo ocurre ante la pérdida o hurto de la propia tarjeta. Desactiva y bloquea la tarjeta con celeridad. Las apps de los bancos han avanzado mucho en esta materia. Como ejemplo, la del BBVA permite apagar, encender y restringir su operatividad, suspendiendo la retirada de efectivo en cajeros, bloqueando las compras online o deshabilitando los pagos en el extranjero.

Una vez notificada la nueva situación, el cliente ya no será responsable de nada de lo que ocurra con su tarjeta.