Cada década de vida que pasa (e incluso año tras año) la cara es la parte del cuerpo que más sufre las agresiones externas y que necesita de más tratamientos para combatir el envejecimiento facial.
A mayores de lo que se conoce como el reloj biológico que dependerá en gran medida de la genética de cada persona, existen otros factores que aceleran el deterioro de la piel con la consecuente aparición de arrugas:
- Exposición al sol u otras fuentes de radiación.
- Polución ambiental.
- Situación hormonal.
- Nutrición.
- Consumo de alcohol y tabaco.
- Estrés.
Distinciones por edades
Aunque podremos encontrar una piel joven en personas con edad madura y viceversa, piel madura o envejecida a edades tempranos, la norma general es que las primeras arrugas se manifiesten a partir de los 30. Por otro lado, será en la década de los 60 cuando los síntomas del paso del tiempo sean más acentuados y marcados con alteraciones como: arrugas, piel seca, atrofia cutánea, flacidez, hirsutismo o arañas vasculares.
Recomendaciones
Las pautas que se deben seguir independientemente de nuestra edad son:
- Cuidar la dieta con un alto consumo de frutas y verduras. Es muy importante también beber agua abundante y mantener un peso adecuado.
- A veces es preciso tomar complementos nutricionales: vitaminas y antioxidantes.
- Practicar ejercicio físico de manera regular.
- Utilizar protección solar.
- Limpiar diariamente la piel y aplicar un peeling una o dos veces por semana.
- Elegir cremas y productos según tu tipo de piel.
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Fuente: SEME
