La piel a partir de los 30 años va perdiendo elasticidad y es más tendente a la aparición de arrugas con las primeras líneas de expresión. También es frecuente que se torne más seca por lo que necesitará de más cuidados.
Debido a que el organismo cuenta con menos cantidad de ácido hialurónico con el paso del tiempo es preciso administrarlo de forma artificial con productos que tengan este componente. Así, se podrá regenerar la dermis manteniénse hidratada y joven.
Consecuencias de la treintena
- Pérdida de luminosidad y brillo.
- Menos colágeno, elastina y producción de lípidos.
- Mayor facilidad de deshidratación.
- Es una etapa que exige tomar más precauciones con el sol y no olvidar el uso de protección solar. Las principales causas son: anticonceptivos que incrementan la sensibilidad a los rayos solares y el embarazo que puede provocar manchas.
- Se agudiza el problema estético de la celulitis.
Las tres rutinas clave
Para paliar los efectos de la edad y minimizar al máximo las carencias que van apareciendo es imprescindible no pasar por alto estos consejos:
- Limpieza: mantener siempre la piel limpia. No únicamente cuando te maquillas, sino todos los días para favorecer la oxigenación y renovación de las células.
- Hidratación: elegir cremas o lociones según tu tipo de piel. Si optas por artículos con ácido hialurónico estarás ayudando a la retención de agua y la consecución de un aspecto más terso y firme.
- Alimentación: los nutrientes para la piel también se adquieren por la boca. Una dieta sana y equilibrada es fundamental para cuerpo y mente. Alimentos que no deben faltar diariamente son frutas, verduras, frutos secos, pescados azules y cereales integrales. El chocolate amargo también se puede incluir en esta lista, eso sí, que no tenga menos del 70% de cacao.