¿Puedes imaginar una agricultor sin un tractor?
El reemplazo del trabajo humano por el trabajo animal primero y mecánico después, ha sido constante a lo largo de la historia. Este proceso se aceleró notablemente a partir del siglo XIX y con más intensidad en el siglo XX con la motorización de la agricultura.
Gracias a esta mecanización, el tiempo empleado en las labores agropecuarias y el esfuerzo humano se ha reducido notablemente. El hombre ha reemplazado el trabajo por capital y eso ha incrementado la productividad.
Un agricultor romano a comienzos de nuestra era, producía 1,3 kg de trigo por hora de trabajo, en la actualidad un agricultor puede producir 3.000 Kg por hora de trabajo. Este aumento productividad, no solo es debido a la mecanización de los cultivos, también hay que tener en cuenta a la mejora en la lucha contra las adversidades.
No hay muchos datos sobre la mecanización, pero según el banco mundial a finales del siglo XX había alrededor de 19 tractores cada 1.000 habitantes. Su entrada en el campo, permitió que se pudieran realizar grandes tareas agrícolas.
Hoy en día, no se entiende un agricultor que no tenga un tractor, que unido a las maquinarias agrícolas se puede labrar la tierra, fumigar, eliminar maleza o abonar la tierra, con mucho menos esfuerzo.
