Vista la protección que ofrecen las láminas solares, útiles para prevenir el cáncer de piel, existe otro aspecto que influye sobre la salud. Además de ello, afecta también a las tareas a desempeñar en el puesto de trabajo, a la misma productividad. Motivo de disputa entre los empleados, mantenerla en cada espacio es crucial para evitar malestares físicos y/o emocionales.
Tanto en invierno, como en verano, la temperatura ambiental es uno de los temas principales de conversación en cualquier oficina. Siempre existirán discrepancias en torno a esta, ya que el metabolismo de cada persona la regula de forma muy diferente.
La temperatura, aspecto fundamental en el trabajo
La temperatura ideal en lugares de trabajo se encuentra entre los 17ºC y los 27ºC, tal y como estipula el Real Decreto 485/1997 del Instituto Nacional de Seguridad en el Trabajo. Igual que las necesidades de aire acondicionado entre hombres y mujeres varían, también lo hacen cuando la que entra en acción es la calefacción.
Todo ello puede derivar en el denominado estrés térmico, una sensación de malestar que se experimenta cuando el organismo debe efectuar un sobreesfuerzo para mantener la temperatura corporal. Entre los efectos: sudoración excesiva, dolor de cabeza, cansancio…
En periodos de calor, el aire acondicionado suele convertirse en el mejor aliado. Sin embargo, no es un sistema recomendable, ya que reseca las vías respiratorias y es un foco de bacterias y virus, provocando a su vez tos seca, alergias, picor de ojos… Por el contrario, en los meses más fríos, la calefacción hace acto de presencia. Pero, de la misma forma, tampoco es saludable establecerla a altas temperaturas, ya que el cambio que se puede experimentar entre estancias o con el exterior puede resultar altamente dañino.
Objetivo: impedir la bajada de la productividad
Una de las soluciones pasa por la instalación de láminas solares. A pesar de que su propio nombre puede llevar a confusión, no solo se encargan de proteger contra los rayos del astro rey. Además de las múltiples ventajas varias veces estudiadas, estas películas autoadhesivas, aptas para ser instaladas en las ventanas de las empresas, posibilitan no solo un ahorro energético, sino que además mantienen perfectamente la temperatura gracias a su poder aislante.
Así, la radiación rebota contra la lámina, impidiendo una sensación asfixiante en los empleados. A su vez, también protege contra las gélidas temperaturas invernales. De una forma sencilla, se lucha no solo a favor de la salud del personal, sino también contra la bajada de la productividad.