Una de las actividades más antiguas desarrolladas por el hombre es la agricultura. Desde su origen hasta ahora ha ido sufriendo grandes avances y transformaciones para buscar la eficiencia en la producción. No obstante, este hecho también ha repercutido en que ahora se contamina más el medio ambiente.
A la hora de trabajar la tierra uno de los mayores cambios ha sido el tema de la fertilización para obtener mayor cantidad y calidad de alimentos. Pero ese aumento de productos influye en el impacto ambiental con consecuencias negativas si se llevan a cabo malas prácticas.
Entre los principales efectos contaminantes que afectan a la agricultura Agroptima puntualiza en los siguientes:
Erosión del suelo
Usar fertilizantes o plaguicidas químicos en exceso facilitan que el suelo se erosione con la consecuente pérdida de nutrientes y propiedades. Además, un terreno erosionado es más vulnerable para desprenderse o derrumbarse.
Sobreexposición al agua
Lo contrario de la erosión es el anegamiento y salinización de los suelos por un mal manejo del riego que lleva a encharcamientos desfavorables para las raíces del cultivo porque no obtendrán oxígeno.
Contaminación del agua
Ríos, mares, acuíferos o pozos subterráneos se contaminan con los fertilizantes y plaguicidas al ser arrastrados por la lluvia y conductos terrestres. De este modo, mujeres peces y especies que viven en el agua y se ocasionan problemas sanitarios para los seres humanos.
Deforestación
Ciertos agricultores tradicionales queman árboles con el objetivo de conseguir espacio y abono de las cenizas para algunas cosechas. En este caso el inconveniente no es la agricultura moderna y la ganadería, sino la agricultura de subsistencia.
Es importante destacar también que una inadecuada gestión agrícola incide en la emisión de gas de efecto invernadero sobre todo por el uso de energías fósiles como el petróleo en los procesos que cada vez están más industrializados.
Fuente información: Agroptima Blog