Dejar nuestro vehículo impoluto no siempre es tarea sencilla, especialmente cuando hablamos de los cristales. Mala elección de productos, limpieza bajo el sol, inexperiencia… Múltiples son los factores que pueden impedir alcanzar el resultado perfecto. Aunque semejan pasar desapercibidos, basta estar en plena ruta para que los rayos solares desvelen un reflejo molesto.
No son pocos los conductores que optan por engalanar su vehículo con láminas solares —siempre dentro de los límites que permite la normativa—, debido a las múltiples ventajas que proporciona. Pero, ¿sabes cómo proceder a su mantenimiento y limpieza?
Limpieza: cuidado con el amoniaco
Olvídate de acudir al supermercado en busca del limpiacristales más barato del mercado. La mayor parte de los productos que se pueden adquirir en estos establecimientos contienen aditivos en su composición que podrían dañar la lámina.
Por eso, es muy importante que leas con atención la etiqueta de cada uno de ellos. Sobre todo, evita siempre el amoniaco, ya que no haría sino decolorar la instalación. Ten presente que hablamos de una película autoadhesiva.
Ante todo esto, si deseas evitar problemas, opta por una solución casera. Mezcla agua y jabón o agua y vinagre. Además, obtén buenas herramientas. No optes por el papel de periódico o de revista, ya que solo lograrás llenarlas de rayones, desmontando el tan recurrido tintado de láminas.
Y si lo que deseas es aumentar la vida útil de tus láminas solares, ten cuidado con las acciones de los más pequeños, las mascotas, los golpes con el cinturón de seguridad, las micropartículas que pueden producir arañados…