La comunicación del feto con el mundo exterior le llega a través del cordón umbilical, pero ¿hasta qué punto puede esa conexión influir en los comportamientos adquiridos del feto después de nacer? ¿aprenden cosas que luego le sirvan y qué recuerde el resto de su vida?
El investigador Peter Hepper, de la Universidad de Belfast, decidió investigar si un feto podía realmente percibir sabores fuerte y recordarlos al nacer.
Se hizo un seguimiento a 33 madres y sus hijos, para ello se dividió en dos grupos, las madres que comían ajo durante el embarazo y las que no. Los bebés de las madres que comían ajo en el embarazo mostraron preferencia por el sabor del mismo y esa preferencia se mantuvo en el tiempo.
Está claro que los alimentos que ingiere la madre y los sabores se transmiten al feto a través de la sangre y continua durante la lactancia.
Si vamos mas allá, sería increíble que nuestro bebé pudiera escucharnos, reconocernos y que estuviera ya predispuesto a aprender nuestro idioma antes de nacer.
Y la música…un estudio de la Universidad de Helsinki concluyó que si tocas la guitarra delante de tu bebé, podría corregirte cuando desafines. Se sometió a un grupo de embarazadas que escucho una canción infantil frente a un grupo que no estuvo expuesto a la melodía. Ya nacidos los bebés se les puso la canción infantil con cambio o con errores en la melodía y analizando las ondas cerebrales, los bebés expuestos a la melodía tuvieron una respuesta más intensa que los no expuestos, lo que es significativo y sugiere que la habían aprendido durante su período fetal y se acordaban de la melodía.
Fuente: elconfidencial.com