Una cita anual tan importante como necesaria. Cada último miércoles del mes de septiembre desde el año 2000 se celebra el Día Mundial de los lácteos en las Escuelas. Se trata de una iniciativa de la FAO —Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura— cuya finalidad es destacar los beneficios de este producto y sus derivados, haciendo hincapié en la educación de todos aquellos menores en edad escolar. Además de ello, se pretende aumentar su presencia en los menús que se ofrecen en los centros, así como en la dieta diaria de los niños.
Pontevedra vivió su Día Mundial de los lácteos
Por tercer año consecutivo, la Inlac —Organización Interprofesional Láctea—, que engloba a todo el sector lácteo español, celebró ayer este importante evento en seis puntos de la geografía española. En Galicia, fue el colegio Froebel, situado en Pontevedra, el escenario principal elegido para llevar a cabo una serie de actividades de educación y concienciación en la materia.
Los lácteos son alimentos muy completos y valiosos desde el punto de vista nutricional y su consumo es esencial en todas las etapas de la vida, pero en la infancia y adolescencia cobran especial relevancia. Su gran riqueza y variedad de nutrientes, entre ellos el calcio y las vitaminas, son esenciales para cubrir las elevadas necesidades del niño para su óptimo desarrollo.
La educación, punto clave
Bajo el lema «Compartiendo lo auténtico», alumnos de quinto y sexto de primaria, acompañados de sus abuelos, pudieron asistir a un acto en el que participó la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez; una representante del comité científico de Inlac, Rosaura Leis; un representante ganadero de Inlac, Román Santalla; y un abuelo de un alumno del centro.
Aumentar la presencia de lácteos en los colegios ayudará a alcanzar la ingesta diaria recomendada. Además, enseñará a los niños buenos hábitos alimentarios, lo que contribuirá a mejorar su dieta y calidad de vida.
José Armando Tellado, presidente de Inlac
Deberes para los niños y los colegios
Entre los temas tratados, la calidad de los lácteos gallegos, el principal problema en la región, la necesidad de llevar una dieta equilibrada e, incluso, una invitación a vivir como se hacía hace años, sin abusar de los aparatos tecnológicos que nos rodean. La apuesta pasa por la socialización y la actividad física, todo ello lejos del sedentarismo. Por supuesto, respecto a los centros, sus deberes pasan por modificar de forma eficiente los menús.
Abuelos y nietos pudieron disfrutar de un desayuno con productos lácteos, además de juegos clásicos al aire libre.