El calor también afecta al ganado vacuno en verano. De hecho, la principal consecuencia es la menor producción, así como descenso del contenido de grasa de la leche. En Galicia las condiciones no son buenas debido a la combinación de altas temperaturas con la elevada humedad.
Efectos
Cuando las vacas sufren el estrés del calor se manifiesta de la siguiente manera:
- Menor ingesta de comida.
- Pérdida de bicarbonato debido a una mayor salivación de las vacas.
- Disminuye la actividad ruminal y también el PH del rumen con el consecuente descenso de la producción de leche y de sólidos lácteos.
Medidas
Según el experto Jud Heinrichs, profesor especializado en vacuno de leche, para combatir el estrés por calor hay que:
- Garantizar la disponibilidad de agua fresca, sobre todo después del ordeño.
- Revisar que la comida se mantenga lo más fresca posible en el posible sin que le de el sol.
- Procurar que la vaca esté fresca en el pesebre.
- Substituir los carbohidratos por grasa vegetal.
- Incluir bicarbonato en la dieta para compensar la pérdida por exceso de salivación. Unos 200 gramos por vaca y día es la dosis recomendable.
- Usar levaduras vivas para mejorar la actividad digestiva del animal.
- Aumentar el aporte de potasio y sodio en la ración hasta 1,8 y 0,4 respectivamente.
- Asegurar los niveles de selenio.
- Mejorar la ventilación.
- Utilizar aspersores de agua, pero sin que el agua vaya a la vaca o caiga en la comida para evitar la aparición de hongos.
- Reservar los forrajes de mejor calidad para el verano. Así la vaca reduce menos la ingesta y digiere más fácilmente la ración.
Fuente: Campo Galego
