Coger un cuchillo para cortar cebolla y empezar a llorar. El lagrimeo de los ojos con esta acción culinaria es muy habitual a la vez que desagradable. Según la base científica, esto se debe a que las cebollas contienen una serie de compuestos químicos que liberan un componente llamado factor lacrimatorio o FL que provoca las lágrimas.
Lo que todavía sigue sin explicación es el motivo por qué unas personas lloran más que otras o por qué unas variedades de cebollas hacen llorar menos. Para evitar en la medida de lo posible llorar al cortar cebolla ten en cuenta lo siguiente:
Congelador
Introducir mínimo una hora antes la cebolla a bajas temperaturas hará que se desprendan menos partículas que irritan los ojos.
Vela o campana extractora
Encender alguna de estas opciones absorberá las sustancias volátiles que emite la hortaliza.
Vinagre de manzana
También evita la irritación de los ojos si se echa en un trozo de algodón para frotar el cuchillo antes de usarlo. Otro consejo es asegurarte de que esté bien afilado antes de comenzar a cortar.
Agua
Sumergir en una olla con agua caliente durante cinco minutos después de haber cortado en grandes trozos la cebolla resulta eficaz. Tras ese tiempo la sacas para trocear de forma más fina.
Zumo de limón
Otro aliado para neutralizar los gases que libera la cebolla. Bastará con cortar un limón a la mitad y frotar sobre la tabla antes de cortar.
Utilizar gafas de protección será necesario en casos de que el lloro sea muy extremo o molesto. Sin embargo, debes saber que la emisión de gases tiene un alcance de 50-90 centímetros por lo que es recomendable dejar una distancia prudencial entre el cuchillo y la cebolla y nosotros mismos. Eso sí, cuidado con separarte demasiado por los cortes.
Fuente: Computer Hoy