Y congelarán tu corazón latiendo mientras esperas una posible resurrección

Y congelarán tu corazón latiendo mientras esperas una posible resurrección

Dos españoles han contratados el servicio de “criopreservación” para que, cuando llegue su muerte se conserve su cadáver en nitrógeno a 196 grados bajo cero para que algún día, si la tecnología lo permite, vuelvan a la vida.

Así lo ha explicado el director médico de Cecryon, Albert Estrada, clínica pionera en Europa en ofrecer esta técnica a partir de principios de 2019 en Ribarroja (Valencia). Estos primeros clientes desean mantener su cuerpo en una criocápsula al menos durante cien años, aunque la tecnología permite hacerlo un milenio.

Cuenta 200.000 euros más IVA si se abona al contado, o puede financiarse a través de una compañía de seguros, según ha señalado Estrada, quien ha indicado que las instalaciones que dirige cuentan con licencia de actividad como funeraria. Tanto el paciente como los familiares de quien contrata el servicio reciben una formación y asesoría específica en la que se les explican las medidas que deben tomar para garantizar un mayor calidad de la criopreservación.

Importantísimo

Entre las medidas está no fumar, ya que daña el árbol vascular, que debe estar lo más sano posible para poder perfundir crioprotectores al cadáver, y también tener un peso adecuado.

Además, se enseña a las familias a hacer maniobras de recuperación cardiopulmonar (RCP) y de cómo actuar en caso de un fallecimiento súbito.

Lo ideal es que en el 90% de las muertes ya sepamos que el paciente está en una situación de riesgo vital y nos traslademos donde esté para empezar el proceso. Es muy importante actuar antes de que pasen cinco minutos tras certificarse la muerte legal de la persona.

Proceso

Así, una vez ha fallecido se enfriar al paciente con agua con hielo, se mantiene latiendo de forma automática el corazón, se le pone heparina para evitar coágulos en sus arterias y se le puede comenzar a perfundir líquidos en función de lo cerca o lejos que esté de las instalaciones Cecryon.

Ya en el centro, se le sustituye la sangre y los líquidos celulares por sustancias crioprotectoras y se le va bajando la temperatura hasta llegar a los 196 grados bajo cero, la temperatura del nitrógeno líquido. Entonces, se sumerge al paciente boca abajo en un tanque de nitrógeno líquido, una criocápsula a la que solo hay que reponer el hidrógeno a medida que se evapora, y que podría conservarse durante un milenio “sin el más mínimo deterioro”, según ha explicado el responsable de la empresa, que garantiza por contrato el mantenimiento durante cien años.

A tener en cuenta

Cada uno de los clientes requiere de una previsión y un tiempo, porque la criocápsula que precisan requiere un tiempo de fabricación de tres meses.

 

Fuente: www.abc.es

 

 

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