Si existe un elemento clave y que debe ser especialmente cuidado es la imagen que posee la empresa. Se fundamenta en múltiples factores, como la atención al cliente, la calidad de los contenidos, los productos y/o servicios ofrecidos, las garantías, la relación con los clientes o posibles consumidores… Antes de comenzar a andar, conviene aprender a caminar. Para ello, daremos pasos pequeños, pero no por ello poco contundentes.
Construir los cimientos para asentar cada piso que logre llevarnos a la meta. Como punto de partida, la identidad visual y, dentro de esta, el logotipo es nuestro invitado de hoy. Seguro que eres capaz de recordar el logo de marcas como Coca-Cola, Nike, Adidas, Cola Cao, Amazon, Lego, Lacoste… Si ellos lo han conseguido, ¿por qué no lograrlo nosotros?
Consejos para crear tu logotipo
Para lograr no solo ser reconocidos, sino también recordados, se deben tener una serie de recomendaciones en cuenta a la hora de su diseño. Coge todos tus relojes y guárdalos en un cajón bajo llave. El tiempo no puede ser tu enemigo.
Existen múltiples estudios sobre este elemento. Nos centraremos en el análisis que realiza Jonah Berger, profesor de Marketing de la Wharton School, en la Universidad de Pennsylvania, en su bestseller «Contagious: Why Things Catch On»:
- Simplicidad. La misión es que los usuarios memoricen de forma rápida nuestra imagen. Se ha demostrado que los logos simples son más fáciles de procesar y mantener en el recuerdo. Estos, generalmente, cuentan con tonos sólidos y entre uno y tres colores. Como ejemplos, Apple, Google, Ikea…
«Una buena forma de pensar en términos de simplicidad es analizar cuántas piezas en movimiento hay en el logo», explica Berger, porque «cuanto más fácil sea procesar las cosas, más nos gustan».
- Consistencia de marca. Pararnos a pensar es fundamental. ¿Cómo es nuestra empresa? ¿Qué imagen queremos transmitir? ¿Cómo deseamos ser reconocidos? El mejor ejemplo lo tenemos en Apple, cuyo logotipo de 1976 dista mucho del que poseen en la actualidad, adaptándose a su filosofía y al tiempo-
- Hacerlo memorable. Íntimamente ligado al primer punto, cuanto más fácil sea de recordar, mejor. A pesar de esto, debemos incluir algún elemento que llame la atención, que haga al usuario pararse a observarlo, sorprendente e inesperado. Todo ello atraerá la recomendación del boca a boca. En «Contagius: Why Things Catch On» se explica cómo la mordida de la manzana de Apple influye en este aspecto.
- Debe ser increíble. Recuerda siempre los objetivos. Uno de ellos será el de situarnos, posicionarnos, sobre la competencia. Solo lo lograremos estando siempre un paso por delante. El logo debe diferenciarnos de forma clara del resto de empresas ya creadas e, incluso, consolidadas. Corre riesgos, pero siempre con cabeza.
- Evaluación en el mercado. No son pocas las ocasiones en las que, cegados por nuestro esfuerzo, no logramos ver las virtudes y carencias de nuestras creaciones. Por ello, Berger recomienda realizar un estudio de mercado. Las redes sociales serán el mejor escenario, donde los usuarios podrán darnos feedback. Nunca subestimes ninguna opinión.
Pero no son las únicas recomendaciones que debemos tener en cuenta: que nuestro logo funcione en negativo, que tenga diseño responsive, conocer el significado de cada color, crear un manual de uso, que sea atemporal, etc.
¿Qué hay sobre el esperanto visual?
Al igual que ocurre con el lenguaje oral y escrito, el esperanto visual es un idioma gráfico nacido con el objetivo de lograr la universalización de las imágenes. No dejes nada a la imaginación o podría malinterpretarse. Para ello, revisa cada uno de los puntos citados —especialmente cuando te diriges a un público internacional— y deja volar tu imaginación.
Si precisas de los servicios de un profesional para comenzar a construir o cambiar la imagen de marca de tu organización, no dudes en contactar con Galos Comunicación.
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