Con el 15 de agosto a la vuelta de la esquina, festivo de excelencia en España con motivo de la Asunción de la Virgen María, las vacaciones de muchos se han adelantado al poder conformar un puente laboral más que suculento junto al lunes. De esta forma, se prevé que los desplazamientos se intensifiquen. Tierra, mar y aire se llenan de medios de transportes con un único destino: el merecido descanso.
Escaparnos a un hotel supone —salvo en contadas ocasiones— una garantía. Sin embargo, el boom turístico se centra ahora en alquilar habitaciones en pisos privados y de viviendas completas. La guerra abierta entre hosteleros y plataformas turísticas como Airbnb está en pleno apogeo. No son pocas las estafas que se generan en estos últimos: pisos en mal estado, que no se corresponden con el anuncio o a un precio injustificable.
Sin embargo, si a pesar de la polémica posees una vivienda en propiedad y deseas alquilarla durante el periodo vacacional, hay una serie de cuestiones que debes tener en cuenta para que la relación con el/los inquilino/s lleguen a buen puerto.
Hacer un contrato de alquiler vacacional
Como en cualquier negocio o transacción, es muy importante disponer de un contrato. En él se deberán exponer todas las condiciones, así como adjuntar un listado de todo el mobiliario con el que cuenta el espacio a arrendar. Este documento debe tener validez legal para, en caso de discrepancias, aportarlo como prueba.
Solicita siempre una fianza por adelantado, ya sea bajo la misma cantidad de todo el periodo vacacional, como una parte proporcional. Esta te servirá para cubrir algún desperfecto, entre otros.
No olvides añadir todas las condiciones que deseas que se respeten en tu hogar: mascotas sí o no, prohibición de usar un determinado espacio, de acoger a más de «x» personas…
Contar con un seguro del hogar
Los incidentes pueden ocurrir. Una colilla mal apagada, un escape de gas, un problema en el cocinado, una caída… Lo ideal es siempre contar con un seguro multirriesgo que cubra tanto cualquier problema en casa, como experimentado por el veraneante.
Además, cubrirás cualquier robo, especialmente en electrodomésticos y/u objetos de alto valor económico o sentimental.
Cobrar por adelantado al alquilar
Tanto si la reserva se realiza por medios tradicionales, como por Internet, es importante que el pago se realice por adelantado, ya sea íntegro o en un determinado porcentaje.
Una de las mejores opciones, que ofrece ventajas tanto a propietarios como inquilinos, es pedir un tanto por ciento para formalizar la reserva —dinero que no se devolverá en caso de cancelación por las molestias generadas— y completar lo que queda el primer día de estancia, al recibimiento.
Estar presente
No dejes las llaves bajo la alfombra o quedes en un determinado punto para entregarlas. Estate presente tanto al comienzo de la relación contractual, como a la finalización de la misma. El día de vencimiento del alquiler, acércate hasta la residencia y revisa, junto a los veraneantes, todo el piso o la casa. El objetivo es descubrir cualquier tipo de daño en el inmueble y/o hurto en su presencia. Por supuesto, no devuelvas la fianza hasta que los gastos o los desperfectos hayan sido sufragados, si se da el caso.
Ante todo, cumplir con la ley
Como ya se ha comentado al inicio de esta publicación, los portales turísticos están en entredicho. Por ello, lo mejor que puedes hacer para alquilar un inmueble en temporada alta para estancias cortas es acudir a una agencia que gestione todo el papeleo y cualquier tipo de incidencia. Es cierto que se llevarán un porcentaje del alquiler, pero ganarás en tranquilidad.
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