La proliferación de empresas a nivel mundial en todos los sectores económicos obliga a las organizaciones a realizar un amplio estudio antes, durante y después de su fundación. Conocer la competencia, establecer el target, los propios objetivos, así como las fortalezas, amenazas, oportunidades y debilidades se torna fundamental en aras de hacer frente a cualquier reto o problema que surja. Se trata, por tanto, de analizar el negocio de forma interna y externa.
Por ello, la planificación estratégica, que hace alusión a la implantación de planes con el objetivo de alcanzar los propósitos asignados, es uno de los primeros pasos que debe darse, ya que sirve de guía no solo a la dirección general de la compañía, sino también a todos los departamentos.
La planificación estratégica es el proceso de desarrollo y mantenimiento de un ajuste viable entre los objetivos y recursos de la compañía y las cambiantes oportunidades del mercado. El objetivo […] consiste en modelar y reestructurar las áreas de negocio y producto de la compañía, de forma que den beneficios y crecimientos satisfactorios.
Philip Kotler
Algunos teóricos marcan el origen de este concepto en la década de los setenta, época en la que se toma realmente conciencia de los sistemas de gerencia. Es Frederick W. Taylor, ingeniero industrial y economista estadounidense, quien plantea el papel del directivo, que se encargaba de indicar qué tareas ejecutar, cuándo y cómo, mientras el trabajador se limitaba a obedecer las órdenes. Se pasa al qué lograr —objetivos— mediante el qué hacer —estrategias—.
La planificación estratégica es una herramienta de gestión que permite apoyar la toma de decisiones de las organizaciones en torno al quehacer actual y al camino que deben recorrer en el futuro para adecuarse a los cambios y a las demandas que les impone el entorno y lograr la mayor eficiencia, eficacia, calidad en los bienes y servicios que se proveen.
Conocer todos los aspectos que forman parte de este proceso es primordial. Para comenzar, se deberá tener en cuenta los objetivos marcados y su desarrollo en el tiempo, diferenciando así entre planes a corto, medio y largo plazo. Por supuesto, no puede dejarse de tener en cuenta el tamaño de la organización, así como el presupuesto y el público objetivo al que nos dirigimos.
La estrategia competitiva consiste en desarrollar una amplia formula de cómo la empresa va a competir, cuáles deben ser sus objetivos y qué políticas serán necesarias para alcanzar tales objetivos
Michael Porter
Como curiosidad, la palabra «estrategia» proviene del griego «stratos» —ejército— y «ag» —dirigir—, cuyo significado podría adaptarse a «guía de los ejércitos».
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