Uno de los problemas que más sufren los pequeños empresarios y autónomos es el retraso de pagos o la tardanza en cumplir con las deudas entre las empresas. Es esa morosidad en las operaciones comerciales un inconveniente para muchas pymes que conlleva a falta de liquidez.
La Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) indica que fueron más de 25.000 pequeñas empresas las que cerraron en 2016 por las demoras de los pagos a los proveedores. Se calcula que media las compañías españolas tardan unos 77 días en pagar las facturas pendientes, estando por encima del máximo que establece la ley que son 60.
Prevención
En relación con este tema, el Gobierno aprobó hace cinco meses una medida preventiva que consiste en sancionar a aquellas empresas que incumplen los pagos. De este modo, cuando entre en vigor la ley toda una empresa morosa podrá tener que pagar multas de entre 400 y 820.000 euros.
Recomendaciones
Desde FIDECO, empresa de descuento de pagarés, letras y facturas aconsejan lo siguiente:
- Concretar una estrategia de crédito para sentar las bases que permitirán actuar ante un moroso y evitar imprevistos.
- Conocer el historial de solvencia del cliente o el proveedor.
- Establecer las formas de pago en función de la confianza que se tenga con el cliente.
- Ofrecer mayor flexibilidad a un cliente habitual para fortalecer la relación comercial.
- Exigir que el cliente pague una parte como adelanto.
- Informar al cliente adecuadamente manteniendo una buena comunicación. Es muy importante dejar claros los plazos a la hora de pagar y las consecuencias que puede haber en caso de incumplimiento.
- Avisar al cliente antes de que finalice el plazo sobre la cercanía del límite acordado.
- Brindar facilidades al cliente, sin descuidar los términos del acuerdo establecido.
Al no existir de momento sanciones legales, las empresas suelen sobrepasar el límite de días permitido a la hora de realizar pagos.
Fuente: ABC
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