El monte gallego no se encuentra en un buen momento. Tanto es así que los datos demuestran que está pasando por la peor situación de la última década. Este año ardieron en Galicia más de 60.000 hectáreas, 49.000 de ellas solo en el pasado mes de octubre tras el desastre de los incendios forestales.
Preocupación
Debido a este trance vivido, el sector forestal alerta del problema que supone la madera quemada. Al menos tres millones de toneladas de árboles afectados están pendientes de saca. Señalan que, si no se talan en cuestión de meses, se perderá valor y también podrá generar riesgos fitosanitarios para el monte.
En cuanto a las especies, es la madera de pina la que urge cortar antes, especialmente la de sierra. Por su parte, el eucalipto si no está demasiado dañado puede aguantar más. No obstante, a medida que pasa el tiempo el precio se va devaluando.
Ante esta circunstancia, varias comunidades de montes vecinales han puesto ya en venta lotes quemados.
Asociación Forestal de Galicia
Desde este organismo piden prioridad para la tala de madera quemada. Asimismo, demandan que la materia no comercial y los restos de tala se trituren sobre el terreno para reducir la erosión de la tierra y cenizas.
Confemadera Galicia
Por su parte, esta patronal gallega de la madera, indica que existe un compromiso de la industria para priorizar la saca de la madera quemada y para mantener los precios. Según afirma su secretaria general, los objetivos principales son: no perder calidad y evitar plagas o enfermedades.
Fuente: campogalego.com
