Inicio del curso escolar, ese momento tan ansiado y tan poco esperado a la par. Diversas sensaciones son la que experimentan los pequeños de la casa —y no tan pequeños—, así como sus progenitores, en el caso de que estos se hagan cargo de los gastos —excluimos, con perdón, a los universitarios para este análisis—.
Los padres han tenido que compaginar su jornada laboral con el cuidado de sus hijos —responsabilidad que, en la mayoría de las ocasiones se complementa con la ayuda de los abuelos—, durante varios meses. No son pocas los episodios de estrés vividos en los hogares como consecuencia de esto. Es por ello que muchos están deseando la llegada de septiembre, esperando tener algo más de tiempo libre personal. Sin embargo, también podemos hablar de la parte contraria: aquellos papás que están pletóricos por tener a sus hijos las veinticuatro horas del día junto a ellos —ojo, no criticamos ni una ni otra postura, solo tratamos de repasar todas—.
El implacable desembolso de la «vuelta al cole»
Te encuentres reconocido en el grupo que te encuentres, es muy posible que haya algo que una a ambos bandos: el temido gasto en material. La cuesta de enero semeja ser una situación fácilmente superable en comparación con la de septiembre, especialmente cuando se debe dotar de todo lo necesario a varios miembros del hogar.
Libros de texto, cuadernos, instrumentos musicales, bolígrafos, lápices, gomas de borrar, uniformes, libros de lectura, forro, carpetas… La lista de objetos necesarios para iniciar un nuevo año parece no tener fin, como sí lo tiene nuestro bolsillo. Las cuentas no cuadran y se deben hacer horas extra —y colas, muchas colas— para conseguir la última mochila de Star Wars con el que los escolares serán la envidia de sus compañeros.
La «vuelta al cole» es tan dura que hasta las grandes compañías lo reconocen. Descuentos y ofertas en grandes supermercados y superficies que parecen ofrecer una pequeña ayuda —algunos, por otro lado, alegarán que se trata de un modelo de marketing bastante eficaz—. Incluso este regreso es duro para los profesionales que, confusos, se ven sobresaturados de trabajo —y, sino, que se lo digan a este empleado de Alcampo—.
Fuente: @ErikaLopategui
El gasto escolar desgrava
Lo que no muchos conocen es la existencia de ayudas económicas para hacer frente a estos gastos con el fin de reducir el impacto en la economía doméstica. La Organización de Consumidores y Usuarios —OCU— cifra la cantidad media desembolsada en cada familia en 400 euros por niño, preocupante en el caso de tener que hacer frente a varios inicios.
Guarda los tickets y, si puedes, pide factura, ya que todo el desembolso puede desgravar en la próxima declaración de la renta. Eso sí, ten en cuenta que las deducciones varían entre las diferentes Comunidades Autónomas, por lo que es importante que te informes correctamente.
En el caso que nos ocupa, en Galicia es posible conseguir un 30% de las cantidades máximas a persona empleada del hogar o a centro y/o guardería infantil. Eso sí, existe un máximo: 400 euros.
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