Podríamos definir el clima laboral —también denominado clima organizacional— como una actitud perceptiva de la atmósfera. Se trata de la propia sensación que los trabajadores poseen sobre el mismo ambiente del lugar durante el desarrollo de su actividad. Esta percepción está muy ligada a diversas conductas, siendo el rendimiento y la satisfacción dos muy significativas.
Buscando otra definición Forehand y Gilmer (1965) alegan que se trata del conjunto de características objetivas de la organización, perdurables y fácilmente medibles, que distinguen una entidad laboral de otra.
Tal y como expone Nicolás Seisdedos (1996), todo sujeto busca siempre en el entorno laboral autonomía, reconocimiento y afirmación de sí mismo. Ante el incumplimiento de estas premisas por parte de la propia organización, puede surgir el conflicto.
Sin embargo, las teorías se han sucedido con el paso de los años. Por ejemplo, James L. Riggs (2002) afirmó que lo que hacen los individuos en su trabajo dependerá de lo que este satisfaga sus necesidades personales. Como parte de este intercambio de servicios, el trabajador recibe por parte de la empresa remuneración, reconocimiento y seguridad.
Winert (1981) señala los siguientes como factores influyentes en el clima:
- Manera con la que el individuo percibe su medio ambiente laboral.
- El valor que atribuye a resultados esperables de su esfuerzo.
- Las instrumentalidades que conoce en relación con dichos resultados.
- Las expectativas que pone en su labor, lo cual, a su vez, influye en su conducta y actitudes laborales.
Como ya se ha comentado, una de las preocupaciones principales de toda empresa es crear una imagen responsable en la sociedad, algo que pasa por ofrecer amplios beneficios a sus empleados.
Es casi una redundancia decir que cualquier sujeto se relaciona con el medio ambiente, con otros individuos y con el trabajo, por lo que debe sentirse integrado completamente en todos y cada uno de estos campos. Ello derivará en una mejora de la efectividad, es decir, una correcta utilización de todos los recursos en forma y tiempo.
Muchas evidencias demuestran que los trabajadores insatisfechos faltan al trabajo con más frecuencia y suelen renunciar más, mientras que los empleados satisfechos gozan de mejor salud y viven más años (Alonso Martín, 2006).
¿Qué determina la satisfacción de los trabajadores?
- Aprendizaje.
- Producción.
- Reputación.
- Reconocimiento.
A los que también hay que sumar:
- Compensación.
- Condiciones de trabajo.
- Supervisión.
- Compañerismo.
- Seguridad en el empleo.
- Posibilidad de ascenso.
El ambiente de trabajo, la efectividad de la retribución y la satisfacción laboral definen a una organización y la distinguen de otras, por ser consideradas únicas. Además, perduran en el tiempo e influyen y determinan en cierta forma la conducta de las personas de dicha organización, que con el paso del tiempo se va creando una cultura propia (Madero Gómez, 2011).
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