La historia de Hortícolas Javier Miranda se resume en las ganas de un joven agricultor que desde pequeño tuvo claro que la agricultura era lo que más le gustaba y luchó por abrirse camino, aunque no fuese fácil, en este mundo. Javier Miranda es un enamorado de su profesión que decidió quedarse en su tierra, Riotorto (Lugo), para apostar por lo rural como medio de vida.
La juventud debe saber que los trabajos agrícolas ofrecen un futuro sostenible para tener éxito. Se trata de un sector que resulta muy eficaz para reducir la pobreza porque la población crece y se necesita de sustento.
Trabajar en el campo es un orgullo por valores como el esfuerzo, el sacrificio, la cooperación y el compromiso. Son muchos los motivos por lo que sentirse orgulloso del oficio de agricultor, pero desde El Economista nos recuerdan los siguientes:
- Una profesión que se lleva dentro.
- Eres tu propio jefe.
- Una labor esencial: producir alimentos.
- Se mantiene un entorno rural vivo.
- Continúa el trabajo de muchas generaciones.
- Se trabaja por una economía productiva y real y no especulativa.
- Se tiene un contacto familiar cercano.
- Existe unión con la naturaleza y los animales.
- Se defienden los intereses del sector.
- Se aplica la última tecnología para mayor rentabilidad.
El ejemplo de Javier Miranda es uno más de que ser joven y agricultor no es incompatible, sino un gran desafío que debe afrontarse con ilusión, inquietudes y formación. Implicarse con la agricultura es implicarse con la alimentación y con la vida.