Las rebajas, periodo de estafas: claves para la supervivencia

Las rebajas, periodo de estafas: claves para la supervivencia

Tan frecuente y usual como la salida o la puesta del sol, a finales del mes de junio nos preparamos para un acontecimiento que tiene lugar dos veces al año —a pesar de que los nuevos hábitos de los consumidores y la actividad empresarial hayan prolongado esta situación a cualquiera de los 365 días—: las rebajas.

Esas prendas a las que ya habíamos echado un ojo sufren un descuento que hacen de su adquisición una obligación. Las visitas a las tiendas se reflejan en toda agenda que se precie y las aglomeraciones se acumulan en los centros comerciales.

Pero no es oro todo lo que reluce. Pese a estar alerta a las estafas, haber leído sobre ellas en Internet o conocer a un familiar que las ha sufrido, entre otros, no estamos exentos de caer en la trampa.

Rebajas reguladas

Los descuentos en esta época del año están regulados por ley, precisamente en aras de proteger al consumidor de cualquier tipo de abuso. La Ley de Ordenación del Comercio Mayorista establece una serie de condiciones a cumplir por el establecimiento que, de no hacerse, estarían incurriendo en competencia desleal, que se puede hallar en la Ley de Defensa de la Competencia.

Por todo ello, no todo artículo puede ser vendido como una «ganga». Para gozar de descuento debe haber estado a disposición del cliente con anterioridad a la fecha de rebajas —aunque en la actualidad, el comerciante puede poner en venta cualquier producto de su stock, salvo que este tenga algún desperfecto—. Además, en su etiqueta se debe incluir el precio inicial y el final, poniendo en conocimiento del consumidor la reducción efectuada.

«Tendemos a creer que nos regalan algo y no es así. Si los comerciantes recurren a las rebajas es porque ganan dinero» Facua

Una de las estafas más comunes es inflar los precios de los productos antes de rebajarlos, de modo que, en su venta, el comercio recibe la misma cantidad económica. Por supuesto, es una práctica completamente ilegal.

Los fraudes más comunes

El escaso control de las autoridades, las sanciones mínimas o las malas prácticas comerciales llevan a caer en una compra fraudulenta —y desconocida por el usuario— de artículos falsamente rebajados.

Datos de FACUA, gracias a una encuesta realizada a 2.500 consumidores, exponen que 8 de cada 10 consumidores son capaces de detectar algún fraude. Un 35% lo ha observado en algún comercio; un 24% en la mayoría; otro 24%, en casi todos; y un 17% nunca ha descubierto ninguno.

Timocracia

El periodista y portavoz de FACUA-Consumidores en Acción, publicó el pasado año el libro «Timocracia», editado por Facua, en el que Rubén Sánchez expone las 300 prácticas que toman el pelo a los usuarios por parte de empresas y gobiernos.

Las rebajas, por supuesto, debían estar incluidas. Así, el capítulo 7, «Timorebajas: 15 maneras de tomarnos el pelo en rebajas» se nos exponen las prácticas más comunes y fraudulentas de las empresas en estos periodos.

  • Los descomunales carteles que anuncian los descuentos en los escaparates y en el interior de la propia tienda. Según la ley, al menos la mitad de los artículos deben estar rebajados para poder publicitar las rebajas.
  • Venta de artículos de segunda mano como si de nuevos se tratasen.
  • Muchas prendas no se han llegado a vender en el establecimiento antes de rebajarlas, lo que supone que numerosas cadenas se hacen con stock únicamente para este periodo.
  • Las rebajas se alargan en el tiempo pese a que los objetos a menor precio deban ser prácticamente buscados por Sherlock Holmes.
  • No admitir cambios en rebajas cuando el producto está defectuoso.
  • Recordar que la compra está protegida por un año, al estar rebajada. Nunca creas esto, ya que siempre debe contar con una garantía de dos años.
  • No permitir pago con tarjeta.
  • Hacer uso de publicidad engañosa con la preposición «desde».
  • No existen las rebajas del 70%. Los productos con este descuento han sido casi nulos desde el comienzo, pero el cartel continúa una vez ya vendidos.
  • Despegar la pegatina de la etiqueta y observar que el precio inicial era más bajo o el mismo.
  • Rebajas de… ¡4 céntimos!
  • No admitir devoluciones en rebajas.
  • Situar los productos rebajados junto a los que no lo están, hecho que puede hacernos caer en la tentación incluso sin darnos cuenta.
  • Subidas de precio antes del inicio de las rebajas.
  • Ofrecer solo un vale de compra si se desea cambiar algo. Si no te dan el mismo producto, deben devolverte el dinero.

Por todo ello, acude siempre a tiendas de confianza y, sobre todo, a «Empresas Éticas».