Conocer al cliente es tan importante como conocernos a nosotros mismos. Uno de los primeros pasos en la conformación de una empresa pasa por conocer nuestras fortalezas y debilidades, así como las de nuestros compañeros y empleados. Solo sabiendo todo sobre nosotros mismos podremos centrarnos en la investigación del mercado y, más específicamente, del target al que nos queremos dirigir, esos clientes con los que vamos a estar en contacto día tras día.
Un sistema que nos puede ayudar en esta tarea es el eneagrama. Desconocido por muchos, se trata de un mapa de personalidad, un método ideado para el autoconocimiento y el desarrollo personal apoyado en ideas pseudocientíficas. Como su propio nombre indica —deriva del griego— posee el significado de nueve líneas, es decir, una estrella de nueve puntas, cada una de las cuales pertenece a una personalidad diferenciada. Debido a sus constantes reelaboraciones, se desconoce el origen del eneagrama, aunque sí se ha podido saber que ha sido utilizado por importantes autores occidentales. Cada línea representa el cambio que puede sufrir cada individuo, su desarrollo personal, así como las conexiones con otras personas.
Un eneagrama, nueve eneotipos
Las personalidades se dividen, de esta forma, en nueve eneatipos, cada uno con sus propias características y relaciones con los restantes, combinación de dos factores: la forma de abordar la conexión con otros eneatipos y su propia identificación mental. Así, diferenciamos, divididos en tres grupos —emocionales, mentales e instintivos—:
- Eneatipo 1: Los perfeccionistas son ordenados y detallistas, comprometidos, tolerantes y éticos.
- Eneatipo 2: Los altruistas están siempre pensando en las necesidades de los demás.
- Eneatipo 3: Los triunfadores, trabajadores e individualistas, pueden llegar a utilizar la mentira con el objetivo de conseguir lo que se proponen.
- Eneatipo 4: Los creativos, con una sensibilidad especial, no suelen sentirse comprendidos por nadie y precisan destacar entre la multitud.
- Eneatipo 5: Los observadores son introvertidos y autosuficientes.
- Eneatipo 6: Los leales son especialmente cumplidores con las normas, las reglas y la moral y, aunque se muestran seguros, pueden estar llenos de dudas y miedos.
- Eneatipo 7: Los divertidos se sienten atraídos por el placer y la alegría, el entretenimiento. Ante situaciones aburridas, pueden llegar a abandonar los proyectos.
- Eneatipo 8: Los justicieros pueden llegar a caer en el autoritarismo. Cargados de autoconfianza, pueden ser totalitarios.
- Eneatipo 9: Los mediadores huyen de los conflictos y de las discusiones, siempre con una actitud calmada y serena.
Lo mejor y lo peor de cada personalidad
Como curiosidad, cada uno de los tipos están influenciado por una pasión, por uno de los siete pecados capitales más dos, siendo estos la ira, el orgullo, la pereza, la gula, la envidia, la lujuria, la avaricia, el miedo y la vanidad —estos dos últimos añadidos con posterioridad por Claudio Naranjo, psiquiatra y escritor chileno—.
Aunque en un comienzo reconocernos en uno de los eneatipos citados puede ser tarea difícil, lo cierto es que realizando un amplio estudio e introspección siempre nos sentiremos más identificados con un grupo que con otro. No se trata de que compartas con nadie tus conclusiones, por lo que no te autoengañes a la hora de encasillarte. Si deseas crecer personal y profesionalmente, así como posteriormente saber todo sobre los públicos, sé sincero y tómate tu tiempo.
Sin embargo, a pesar de todo esto, no descartes cambiar de grupo, ya que, según los expertos, en situaciones estresantes, es común que la actitud y el temperamento varíen, produciendo un cambio en los eneatipos.
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