En el año 2014 se vivió una novedad reseñable que puede que haya pasado desapercibida para muchos. En el III Congreso Mundial de la Confederación Sindical Internacional, que tuvo lugar en Berlín, se entregó por primera vez que un premio que, estamos seguros, ninguna empresa desea ver en sus vitrinas: el del peor jefe del mundo. Para la CSI, que representa a más de 181 millones de trabajadores en 163 países y territorios, nueve fueron los directivos que destacaron por encima del resto —para mal, por supuesto—, pero solo uno se alzó con la «victoria». Pese a que Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, se llevó el galardón, poco ha parecido importar este mensaje a la sociedad.
«Amazon en Alemania trata a sus trabajadores/as como si fueran robots. La empresa no esconde que en tan solo unos pocos años les sustituirá por robots. Se trata de una rica empresa estadounidense que opera a escala mundial despreciando la dignidad y los derechos de la gente trabajadora», expresó la secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, Sharan Burrow. Además, tampoco faltaron las acusaciones de evasión de impuestos, un tema de constante actualidad.
Un año después, el 15 de agosto de 2015, los periodistas Jodi Kantor y David Streitfeld publicaron en The New York Times un reportaje titulado «Dentro de Amazon: Luchando por las grandes ideas en un lugar de trabajo duro». En este, ambos denunciaban los malos tratos laborales sufridos por empleados y exempleados de la multinacional. Para redactar este artículo se realizaron más de 100 entrevistas. Entre las quejas, presión interna de los trabajadores constantemente calificados mediante puntuaciones, monitorización las 24 horas del día, acciones de sabotaje a otros compañeros, presencia de ambulancias en los exteriores… Todo ello derivaría en la imposibilidad de conciliar vida laboral y personal, una situación permanente de estrés que, tal y como ha expuesto algún testimonio, llevaba a las lágrimas a compañeros en sus propias mesas de trabajo. Sin embargo, Bezos no tardó en responder a las acusaciones. Por supuesto, nada de lo publicado parecía corresponderse con la realidad.
¿Realidad o calumnias?
¿Son las multinacionales lugares donde los empleados son tan solo números que pueden ser despedidos en cualquier momento y ser sustituidos por nuevos ilusionados? ¿A qué se debe entonces el éxito de Amazon? ¿Están el éxito y las críticas relacionadas?
Como Alma Máter, la Universidad de Princeton, donde se graduó en Ciencias de la Computación e Ingenieria Eléctrica en 1986. Lo cierto es que a Bezos no se le han caído nunca los anillos. Llegó a trabajar en un McDonald’s, del que, pese a no salir muy contento, expresó que «es diferente de lo que aprendes en el colegio. No hay que menospreciar el valor de eso».
Con tan solo 53 años, este hombre de Albuquerque es ya la tercera persona más rica del mundo según la lista Forbes, posición que le ha arrebatado al español Amancio Ortega, por delante, incluso, de Mark Zuckerberg. En 1999 llegó a ostentar el título de «Persona del Año» de la revista Time.
Sea como fuere, el pasado lunes 15 de mayo se cumplieron dos décadas de la salida a bolsa de Amazon. Ya analizamos las claves del éxito de Amazon, de las que bebe Biriska. Y nos preguntamos, ¿es este el responsable de las críticas? ¿Puede la envidia tratar de tumbar un gigante? ¿Cómo deben gestionarse las crisis de reputación?
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