La vida de todo trabajador se desarrolla en tres escenarios perfectamente diferenciados, siendo estos el de la propia empresa, el hogar y el entorno social. La perfecta sintonía entre los mencionados es fundamental para garantizar la salud y el bienestar psicosocial de los empleados. Hablamos de la adopción de buenas prácticas empresariales.
Sin embargo, en la sociedad actual, el trabajo es visto como un aspecto de la vida fundamental y esencial, llegando a ser calificado como una necesidad. Es por ello que, lejos de tener una visión positiva sobre las tareas en organizaciones, estas son percibidas como situaciones que nos impiden gozar de tiempo libre y de ocio; la imposibilidad de conciliación entre trabajo y vida personal.
Un buen trabajo es aquel que además de evitar, mediante el control de los riesgos laborales, que las personas enfermen o se lesionen por causa de su actividad profesional, potencia y optimiza todos aquellos aspectos positivos capaces de mejorar el nivel de salud de quienes trabajan en él.
Consecuencias del malestar laboral
La percepción negativa del empleo deriva en la aparición no solo del estrés laboral, sino también de numerosas dolencias, reduciendo así, poco a poco, la salud de cada persona. La sugestión es el ingrediente principal de estas apreciaciones, pudiendo encontrar opiniones contrarias respecto a un mismo puesto en dos personas diferentes.
Cabe mencionar que, aun así, las personas que cuentan con trabajo presentan menos problemas en este ámbito que aquellas en situación de desempleo, en las que aparecen con mayor frecuencia las depresiones y la ansiedad ante la imposibilidad de sentirse realizadas.
Los problemas en el ámbito laboral desembocan en alteraciones en materia de productividad. Las mayores tasas de siniestralidad se registran en climas negativos y/o adversos, ya que repercuten sobre el descanso, las horas de sueño, la fatiga, la depresión, los dolores de cuello y/o espalda, la alimentación y la atención necesaria para desenvolver cada tarea. Incluso, aunque no se trate de un aspecto implícitamente mal visto por los empleados, se ha demostrado que el trabajo a turnos condiciona la alimentación incorrecta, favoreciendo así la aparición del sobrepeso, la obesidad y la diabetes, además de ser un factor de riesgo para el cáncer de mama.
Un trabajo que ofrece oportunidades para desarrollar experiencias enriquecedoras y para adquirir habilidades, es un trabajo que promueve la autoexcelencia individual y colectiva lo cual, en definitiva, repercute en un mejor desempeño de las tareas.
La implantación y mantenimiento de un clima laboral adecuado y bien valorado por los empleados implica la implantación y constante revisión de los modelos de gestión. Las empresas deben adaptarse a las demandas de sus asalariados, al igual que estos deben hacerlo con las organizaciones.
La empresa saludable implica una nueva forma de gestión que permite redefinir el ambiente de trabajo como una comunidad en la que las personas experimentan su propia dignidad, se sienten respetadas y se preocupan solidariamente unas de otras.
Beneficios de las buenas prácticas empresariales
El buen clima laboral, por tanto, es aquel capaz de conjugar…
- El estilo de dirección.
- El equilibrio entre las exigencias del trabajo y la capacidad de control de las personas sobre su propia tarea.
- La claridad de rol de forma que cada cual sepa exactamente lo que se espera de él.
- El apoyo y la solidaridad entre compañeros.
- La capacitación adecuada respecto a las tareas a realizar.
- El efectivo control de los riesgos laborales.
Pero, ¿qué otros beneficios tienen la adaptación de programas de bienestar laboral? Según un documento publicado por la American College of Occupational and Environmental Medicine —ACOEM—, además del impacto positivo en la productividad, deriva en la reducción del absentismo y la incapacidad, donde la optimización de los recursos técnicos y médicos relacionados con la gestión de la prevención y la salud en la empresa son claves.
Fuente: Ibermutuamur (2014). Buenas prácticas para mejorar el bienestar laboral en las empresas. Madrid.
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